Yo no creo en los follamigos, pero haberlos haylos. O eso dicen.
Lo que pasa es que, para el diccionario que llevo dentro, son más otra cosa. A veces, un amor no correspondido; otras, un me conformo. Pero llamarlo follamigo, qué caramba, suena a que mantengo control sobre el asunto.
Yo no creo pero haberlos haylos, eso seguro. No me hagan ningún caso, ni a mí, ni al diccionario que llevo dentro. Por cierto, que la RAE contempla amigovio pero no follamigo, ¿se imaginan a los académicos y su orden del día, debatiendo sobre si se incluye o no se incluye, y de hacerlo, si son sinónimos o antónimos?
«Amigovio; fusión de amigo y novio. Persona que mantiene con otra una relación de menor compromiso formal que un noviazgo.»
Seguir leyendo en Diario de Ibiza