Las polémicas declaraciones han puesto en pie de guerra a las cómicas hasta los mismísimos, pero también han indignado a público y medios. Con el ruido de las nueces, al menos dos de los cómicos que sí estaban contratados en el local publicaron su renuncia. «Tachar el humor de las cómicas de muy feminista, haciendo el hincapié en el ‘muy’; decir que el humor puede ser feminista como un problema es terrible. El feminismo no puede considerarse como algo peligroso, sino como radicalmente necesario», alegaba Jaime Caravaca, que cancelaba su actuación prevista para esa misma tarde
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