Tenía ya a mis hijos repartidos por ciudades cuando escribí al pequeño para informarle de que ya había dejado oficialmente de ser pequeño: «Te ha llegado la tarjeta censal». «¿Y eso qué quiere decir?» Preguntó. «Que ya tienes 18. Es tu información para que sepas dónde te toca votar». «¿Y votar es obligatorio?» Preguntó de nuevo. «En esta familia sí».
Pero aún, por complicarle más las cosas, le expliqué que él votaba en aquella ocasión en Ibiza, porque era donde se encontraba estudiando su último curso de bachillerato el año anterior.
«¡Pero yo no sé nada sobre Ibiza!», protestaba él. «¿Dónde votas tú?» Y yo le contesté que, en aquella ocasión, en Palma. Nosotros, que como ya he dicho al principio, somos una familia algo dispersa.
«Pues te propongo algo. Yo te ayudo a votar en Palma y tú me ayudas a votar en Ibiza». «Me parece justo». Le respondí. «Pues te aconsejo que votes? a Spiderman».
Seguir leyendo en Diario de Ibiza