Icono del sitio otro Post Data

el amor fosforescente

corazón fosforescente luminoso
Que el amor es ciego… ¡Qué va! Ciegos nosotros y con frecuencia, bastante egoístas a la hora de movernos por la vida y por inri, en los terrenos amatorios. Por eso, es tan fácil hablar de amor, amor, amor… hasta dejar la palabra gastada, bailando entre miles de definiciones posibles; conceptos abstractos que no podemos alcanzar.

 

Deberíamos respirar profundo y contar uno, dos y así hasta diez besos antes de hablar de amor y después de hablarlo, recordar que del amor hay que hablar, sí; lo justo y necesario pero… hay que hacerlo mucho más.

Dicen que el amor es ciego, mientras nos quedamos embobados mirando frente a frente nuestro reflejo en otros ojos que nos miran ilusionados y es tan fácil ilusionarse con esa ilusión contagiosa, y correr la voz, y decir que “esta vez sí será para siempre” y al cabo de un mes, dos meses (ese tiempo imprescindible para conocer al otro), resulta que te decepciona; que no es como pensabas y se te acaba el amor. Qué casualidad. Con lo bonito que era cuando alguien desconocido te hacía temblar…

 

Creo que más que «pasión», «admiración», «deseo» (que sí, que también), la palabra que mejor encaja con amor es “comodidad”; te sientes tan cómodo al lado de alguien que nada en su presencia estorba, como si una extraña simbiosis se produjera y pasáramos a ser una prolongación natural de otro ser; como si no os «conocierais», sino que os «reconocierais» tras un largo tiempo sin veros.

 

El amor no es ciego sino fosforescente. Somos tan tontos (no por naturaleza; la estupidez la vamos adquiriendo o enriqueciendo socialmente), que el método más certero de averiguar que sí es amor es precisamente, cuando lo has dejado ir… Esa persona no está y sin embargo, está en todo y has de andar haciendo equilibrios para no nombrarla a cada rato, o te encuentras su foto (o la foto de alguien que se le parece, o de alguien que no se le parece, pero te lo recuerda) y tu boca dice “te quiero”, aunque tú no lo digas. El amor es un fenómeno natural y como tal, la naturaleza no se anda con chiquitas y ya se encarga ella de dotarnos con las herramientas suficientes para que no necesitemos preguntarnos ni preguntar a nadie, ni gafas de visión nocturna ni nada de eso…

 

El amor es fosforescente porque es precisamente en la oscuridad de la distancia y el tiempo donde lo ves con claridad inequívoca, iluminándolo todo.

 

Feliz 2012 lleno de salud, fortuna, éxitos profesionales, alegría a raudales y sobre todo amor, mucho amor fosforescente para todos.

 

Ilusión; Concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos.

 

Fosforescente; Que emite luz que permanece al cesar la causa que la produce. 

 

Amor; Conjunto de sentimientos hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.

 


Entradas relacionadas:
ese raro fenómeno llamado amor
Salir de la versión móvil