Un amigo me reclamaba por «mis historias en Cuba» (porque soy de esos personajes que va contando historias en cualquier formato) y yo sé que en realidad se refería a cuando me detuvieron, a cuando escapé de un violador atravesando una playa. Se refería a cuando perdí dos muelas…
Si esas cosas os despiertan curiosidad, os invito a leer:
«Mis muelas en Cuba» o «Madrid, aquel lugar lleno de luces». El tema de la violación no lo «tengo resuelto» aún, pero es que «tampoco fue para tanto», porque escapé. Esta vez escapé. Pero no en «Un hombre bueno y uno terrible», años después en Dominicana.
Y sobre todo os invito a conocer Cuba (que no os conforméis con visitarlo) y escuchar los ecos de sus lugares y sobre todos, escuchar atentamente y desnudos de juicios, a sus personas que son una lección tras otra de vida. Son una maravilla.
«Empezar de nuevo
sin destino y sin tener
un camino cierto que me enseñe a no perder la fe.
Y escapar de este dolor sin pensar en lo que fue.
¿Cuánto aguanta un corazón sin el latido de creer?
En lo bello, en la verdad de la esperanza, de esta sed de amar.
En los sentimientos que se quedan.
Sueños que perduran.
Y busqué y subí y fui preso entre las alas del amor.
Sin distancia y sin recuerdos,
en las arenas de esta soledad.
Presa de un silencio roto,
hijos del amanecer
que nunca alcanzó esa luz, tan confundida en el placer.
Y cierro los ojos, solo para comprender
cuánto aguanta un corazón sin el latido de creer…»
Acerca de Pilar Ruiz Costa
Acerca de Pilar Ruiz CostaMe dedico a la Comunicación y a los eventos desde hace muchos, muchos años. Contadora de historias con todas las herramientas que la tecnología pone a mi alcance.
