
En todos los edificios en que he vivido había una señora con pijama. Por supuesto, me refiero a un pijama grueso, de franela o rizo. No a uno de esos de raso con ribete y antifaz a juego que solo viven en las comedias románticas. La señora a veces solo viene con el pijama de serie, pero también hay en esto, como en todo, muchos extras: Están los calcetines de lana bien […]