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Las comparaciones son odiosas

las comparaciones son odiosas, guardia del parlamento de Budapest

Y como «las comparaciones son odiosas», no voy a comparar.

Pero, mirad, mirad estos otros guardias del parlamento (ahora de Hungría). Cada uno a su bola; ni ritmo ni nada de nada. Vestidos de eso que llamamos «verde militar», «verde guardia civil», «caqui»… Van hablando, ahí, de sus cosas y toda su coreografía se basa en que pasan tooodo el día dando vueltas a una columna frente a la fachada principal. Miradles, ¡si ni siquiera se parecen físicamente!

Son cada uno «de su padre y de su madre». Que los griegos también, lo sé, lo sé… ¡pero lo disimulaban tan bien! ¡Mierda…! Me parece que al final si los he comparado ¿puede ser?


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