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19 nuevos consejos para NO tener en cuenta

Einstein, consejos, sabiduría¿Por qué diecinueve nuevos consejos? Porque en realidad ya os di el primero; el único que se me puede tener en cuenta. Fue cuando abrí este blog. Porque sí, porque me conozco y me pongo a hablar y hablar y pudiera aparentar tablas, mundo, experiencia; pudiera incluso llegar a parecer ducha en alguna materia y no lo soy en absoluto.

Me muevo cómodamente entre bastidores. Soy tramoyista y además, soy (y quiero ser) la eterna aprendiz.  Lo escojo así en el momento exacto en que me planté y dije: pues no me hago mayor. No obstante, sí, por aquellas cosas del fin de año, del fin del mundo y otras nostalgias y vinos, me veo con la osadía, incluso ¡de dar consejos!

1- Jamás cometáis la insensatez de seguir ninguno de mis consejos. Ni el más inocuo, como la receta de un pastel en el que seguro que pondré ingredientes a ojo según tenga la despensa. Ése es el mejor consejo que puedo daros: no sigáis ninguno de los míos (y a poder ser, los de nadie).

 

2- Aprende a respirar. Va en serio, te sorprenderás de ver cuánta gente no respira bien. Lo hacemos con prisa, superficialmente y sin embargo, no hay nadie que no tenga claro que respirar es tan, tan importante que solo nos consideramos vivos cuando empezamos a hacerlo por nuestra cuenta y sin hacerlo, aunque sea un rato, mueres. Es sencillo, pero algo extenso. Requiere práctica como cualquier otro mal hábito, pero lo notarás enseguida en todo. No solo en tu cuerpo, sino en todas las cosas. Aprender a estar atento a tu respiración implica aprender a estar atento; aprender a estar atento implica estar exactamente dónde estás y eso debería implicar estar dónde quieres estar. Mira cuántas cosas con un poco de oxígeno… Hazme caso (o no), pero aprende a respirar.

 

3- No te tomes nada (ni a nadie), como algo personal. Nadie «te hace» ni bien ni mal sin que tú participes, sin que tú seas pues, cuanto menos corresponsable en el asunto. De igual modo, lo que hagan tiene mucho más que ver con ellos que contigo. Cuando alguien haga algo bueno por ti, será porque realmente quiere y si alguien hace algo terrible y lo consientes, es porque en el fondo, en el fondo…    tú quieres.

 

4- Mira lo que consumes. Mira lo que compras. Las etiquetas importan un mundo, y los olores, los colores, las texturas… También las condiciones en que se fabrica. ¡Sé muy egoísta! Y consume solo lo mejor, lo que conscientemente elijas consumir. No tiene nada que ver con que sea caro, qué va… ya verás como incluso, empiezas a consumir pagando solo por lo que merece la pena ser pagado.

 

5- Mira lo que comes. Mira las etiquetas, ¿seguro que quieres meterte cualquier cosa en el cuerpo? Cocina todo lo que puedas, ama lo que cocinas; huele, toca, saborea, disfruta el proceso de cocinar para ti y para los demás. De nuevo: sé muy, muy egoísta.

 

6- Escucha a tu cuerpo. Es el tuyo, es el que te sostiene, te lleva de un lado para otro, pero además, es el que te da información automática de todo lo que está mal y bien a tu alrededor. Cuídalo mucho, muchísimo y estate atento ¿te sientes bien? Sigue con lo que estás haciendo, ¿te sientes mal? Descansa o… cambia.

 

7- Libérate de todas las cosas que no utilices. A alguien le pueden ser de mucha utilidad: véndelas, cámbialas o regálalas. Ya verás como dejando espacio a tu alrededor, tú mismo te sentirás mucho más libre.

 

8- Sé buena persona, sé valiente, sé curioso, sé feliz. No me digas que no lo puedes escoger, que eres como eres, porque total, yo no te estoy oyendo; te lo estarías diciendo a ti. Hazme caso (o no), pero sé buena persona, que quiere decir que hagas las cosas con buena intención, que hagas a los demás lo que te gustaría que te hicieran. Sé valiente, que no quiere decir no tener miedo sino sopesar lo que puede pasar y si aún así lo que quieres pesa más en la balanza, ir a por ello. Sé curioso, no vayas a quedarte solo con tu punto de vista; escucha otros, cuanto más raros, mejor y después quizá vuelvas a tu punto de vista original, quizá no… pero aunque lo hagas no será exactamente el mismo: será más rico. Sé feliz. No me vengas con que no depende de ti porque lo que no puedes permitir es que dependa de nada, ni nadie más ¡si todo en esta vida se mueve! No podrás estar alegre todos los días en todo momento, pero, ¿feliz? Te lo garantizo y, hazme caso (o no), pero también serás mucho más guapo.

 

9- No te vistas para el trabajo que tienes, sino para el que quieres. Cambia ese «vestir», por «vivir», por «hablar»… De algún modo, si no lo haces; estarás diciéndote que aún no lo puedes tener, que aún no lo mereces y créeme, tu esperado mañana puede quedarse siempre en el mañana.

 

10- Recuerda que sólo vives hoy. Que el ayer te sirva para recordar las experiencias; selecciona los recuerdos. Sé muy egoísta y quédate con los mejores y el resto, despídelos rápidamente. Y cuidado, también ten mucho cuidado con los buenos. Que nunca te hagan pensar que «el pasado fue mejor». Recuerda que el ayer ya pasó, que el mañana aún no ha llegado y que el hoy es un regalo. No en vano, se llama «presente»…

 

11- Trabaja en lo que quieres. Haz lo que te gusta y claro que sé que son momentos terribles (creedme que lo sé), pero que todo lo que hagas se encuentre siempre en el camino de estar donde quieres estar, de hacer lo que quieres hacer. Y si aún no has averiguado qué es lo que quieres hacer, hazme caso (o no), pero es urgente que lo averigües.

 

12- Haz mucho el amor. Exactamente todo lo que puedas. Escucha a tu cuerpo y si encuentras a quien amar, que no sea solo de palabra; haz mucho el amor. Que la rutina, el estrés, el paro o los recortes del gobierno se queden donde se tengan que quedar, pero no te lleves a la cama nada más que una persona a la que hacer el amor.

 

13- Brinda. No importa si bebes alcohol o no; brinda con té o con leche de almendra, pero brinda. Busca un motivo maravilloso, sonríe, mira a los ojos a quienes tienes enfrente y brinda.

 

14- Sonríe. Si todavía piensas que necesitas un motivo, te equivocas. Seguro que lo tienes. No creas que algo fuera de ti tiene que propiciar la sonrisa porque funciona exactamente a la inversa: sonríe desde dentro y el mundo sonreirá a tu alrededor. Hazme caso (o no), pero sonríe.

 

15- Da las gracias, felicita, sé amable. Ya verás como encuentras muchas ocasiones para hacerlo y cuánto más lo hagas, más encontrarás. De igual modo, siempre acepta los cumplidos, las felicitaciones y los piropos. ¿Qué te dicen que le has salvado la vida, que eres el mejor o la persona más atractiva del mundo? Contesta con un «gracias» sin cuestionar ni una sola palabra. No prives a otro del regalo de regalar.

 

16- Aprende. No te digas que algo es demasiado complicado o que llegas tarde. Me da igual que sea física cuántica, japonés o tango. Piensa si te apetecería saberlo y sí es así, tómate el tiempo necesario, pero aprende.

 

17- Cuida tus relaciones. Todas. Por descontado que las de pareja o con tus padres, tus compañeros de trabajo, tus vecinos o incluso con ese cuñado tuyo tan plasta. Claro que eso puede significar no hablaros en un año, pero que no sea por tu parte. No hace falta que seáis los mejores amigos del mundo. Tal vez tengáis que ser solamente cuñados, pero que las personas que tengáis entremedias nunca tengan que sufrir vuestras desavenencias. Sé amable, exactamente con cualquiera: de la charcutera del supermercado al conductor de autobús que quizá no vuelvas a ver. Puede que sí. Sé amable. Piensa en cuántos días tú habrías agradecido que lo fueran contigo.

 

18- No te quejes o al menos, no te quejes tres veces de lo mismo. Si algo no te gusta, cámbialo, pero no te quedes sólo quejándote. Si no estás bien aquí, vete allí. Hazme caso (o no), pero no te quejes.

 

19- Viaja. Y sí, de nuevo soy muy consciente de los tiempos que vivimos. Quizá haya que dejar los viajes caros para más adelante… pero viaja. Llama a tu amigo en cualquier lugar y pregúntale si le apetece una visita; conoce el pueblo vecino o redescubre el tuyo. Mira las calles con atención, observa los edificios, habla con un desconocido, presta atención al momento y… sonríe.

 

20- Recicla. No hablo solamente de cartón, plástico o vidrio; hay muchas cosas que merecen una nueva oportunidad: cajones de frutas que quieren ser estantes, palets que quieren ser sofás, bolsas de Zara que quieren ser papel de regalo… pero se me ocurren también, por ejemplo muchos matrimonios. No te quedes con un señor o una señora al lado que sabes que no lo es todo para ti. Estarás manteniendo ocupado a alguien que puede ser maravilloso para otro ¡recíclalo! Que el amor siempre, siempre te pille libre.

 


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