
En mi vagar por las playas de Ibiza buscando redescubrirlas se acumulan las sorpresas y las anécdotas. Una de las últimas ha sido la Playa del del Rabo. Bueno, vale… no se llama así, pero la hemos rebautizado merecidamente porque total, nos veremos incapaces de recordarla por cualquier otra cosa más significativa que el rabo que allí había. Os cuento: