Historias de amor sin final feliz
Tengo un hijo cineasta, qué se le va a hacer, y anda terminando –coronavirus mediante– su segunda carrera ahora en formato de videoconferencias. Entre la una y la otra hizo, además, dos másteres. Lo sé, lo sé: político parece, pero plátano es. Y, de entre estas diferentes ocupaciones cinéfilas suyas, las principales son tan dispares como necesarias en el mundo de la ficción: el guion, punto primero de cualquier historia y el […]