
El árbol de la vida es un símbolo filosófico y religioso presente en muchas culturas. En él se muestra un árbol que a mí, siempre me ha recordado a un reloj de arena. Las múltiples ramas se empeñan en apuntar al cielo, pero muestran a su vez los múltiples caminos elegidos; algunos finos, frágiles, claros errores que entendimos como aprendizajes y otros robustas decisiones que nos acercan a nuestras metas.