
Acabo de despertar en mi cama de Madrid y como cada vez que vuelvo tras un tiempo fuera, las primeras mañanas vienen acompañadas de sequedad en la nariz. Esta nariz no es madrileña y lo sabe. Esta nariz no es madrileña y se le nota. Sin embargo, estas largas piernas ibicencas traen de la isla, como cada vez que voy en verano, decenas de picaduras de mosquitos. Literalmente decenas. No puede ser […]