Funciono más o menos así: rodeada de gente que viene y va (y no «gente que viene y bah» como en la película. La gente que circula en mi órbita MOLA). Y no solo en la ciudad, o el país ¡qué va! Que yo recibo mensajes que para otro ser humano podrían ser insólitos del tipo: «¿Estás en París?» Y de un tiempo a esta parte, esta curiosidad se geolocaliza en Madrid, Ibiza, Mallorca.
Madrid porque es donde estoy aparcada ¡y caramba (solo los de fuera de la zona centro podéis entender este chascarrillo) QUÉ BIEN SE APARCA EN MADRID! E Ibiza porque soy orgullosa «made in» y aún más, embajadora donde quiera que voy: este cuerpo flaco y con orejas a las que agarrarse, es ibicenco.
Pero también porque he trabajado (y vivido y trabajado, sobre todo trabajado) mucho en las islas: consellerías, regidurías, promoción… Turismo.
Y en las fechas señaladas de Ferias y eventos turísticos ahí están ellos, todos, puntuales whatsApp en mano y yo, vaya que también, para decir que sí. Porque adoro mi isla, porque tras tantos proyectos para dar a conocer las mil caras de Ibiza, me sigue pareciendo un destino que os puede dejar con la boca abierta y que os invito a visitar DE VERDAD.
Y en la foto, mi amiga Ana se ha apuntado a echar una mano y conocer de primera ídem a ese montón de personas buenas que la isla exporta de tanto en tanto. Aquí, de color de rosa, se inaugura el cocktail de presentación de Santa Eulària y con él, de IbiCine o Festival de Cine de Ibiza. Ambos, una maravilla.