
Aunque me habría encantado que por fin una lengua cooficial nos representara en Eurovisión —y qué mejor manera que al grito de non hai fronteiras de las gallegas Tanxugueiras—, tengo que reconocer que mi corazón (alojado bajo la teta izquierda), estaba con la oda a la mujer que cría, cuida, reconcilia y lucha; a las tetas del ‘Ay mamá’ de Rigoberta Bandini. No pudo ser. Las que tenemos tetas estamos acostumbradas a […]