
Hoy (por fin) llovió en Madrid. Fue de repente. Tan solo me ha dado tiempo a tomar la decisión de cambiarme los zapatos por unas sandalias de goma y he salido así, sin paraguas, con sed de lluvia. El olor, el olor… ¡Lo que nos reconforta ese olor! Pero entended que aquí, sobre el asfalto del centro mismo de Madrid, las sensaciones de tierra mojada son un regalo. Y mientras la gente […]