A orillas del Ganges se celebra cada atardecer el «Ganga Aarti» o ceremonia hindú de ofrenda al Río Madre.
Ya os he contado en alguna ocasión que Benarés (Varanasi en hindi) es una ciudad sagrada y el Ganges es el protagonista de numerosos ritos y creencias. Según los hindúes, este río que nace en el glaciar Gangotri, en el Himalaya, cruza India hasta el delta de los Sunderbans, cerca de Calcuta, fluye en realidad desde el cielo a la tierra para purificar a todo aquel que toque sus aguas.
Es, además, el lugar donde habita la diosa Ganga.
El Ganga Aarti se realizaba inicialmente en el Dasashwamedh Gath, pero se ha ido extendiendo a otros debido al cada vez mayor número de devotos y visitantes.
Todos los días, al ponerse el sol, cinco miembros de la casta sacerdotal (o Brahmanes) se colocan sobre altares adornados con flores y alfombras entre el olor del incienso y el sonido de los mantras y tambores. Allí, dan las gracias por un nuevo día.
Son cinco, al igual que los cinco elementos que utilizan en la ofrenda: agua, tierra, fuego, viento y espíritu.
Estos elementos son agitados frente al río mientras dan cinco vueltas en el sentido de las agujas del reloj en una coreografía hipnótica.
Después, los asistentes depositan en el agua pequeñas cestas con flores, arroz y velas y el Ganges, ya oscuro, se convierte en un espectáculo de pequeñas luces titilantes que se alejan para asegurar protección a sus devotos.