Las antípodas mínimas
Vienes con que me voy cuando eres quien se fue primero. Me voy porque no estabas, no existe más motivo que me voy porque te has ido, que me voy porque te quiero.
Vienes con que me voy cuando eres quien se fue primero. Me voy porque no estabas, no existe más motivo que me voy porque te has ido, que me voy porque te quiero.
Se apagó (por apagarse), hasta la luz de las estrellas y nos dejó así, a tientas, la noche para burlarse.
Cuando te arrastre una corriente contra la que no puedes luchar, ya no llores, mujer… Sólo déjate llevar.
De los otros amores de mi vida, me separaban abismos; a veces abismos nuevos, otras, siempre los mismos.
Aun sin pronunciar una palabra tierna, de vez en cuando, mis sentimientos se alían con mis piernas que tratan de retenerte dentro,
Voy a entrar despacio. Voy a mudarme al espacio confortable de tu habitación
Ojalá nos llueva la misma lluvia esa que tantas otras veces nos mojó la misma cara y nos lavó las mismas manos, esa que se llevó los miedos a los charcos que les correspondían y nos dejó de nuevo limpios y preparados
¿Quién habrá dibujado tus manos tan perfectas? De líneas suaves pero, rectas,
Si alguna vez sientes frío, te envolveré con el río ondulado de mi pelo, desde la cabeza hasta el suelo y te dormirán mis nanas y despertarás por las mañanas con el sol de mi ventana,
Yo nunca pretendí que no lloraras, no. Yo nunca pretendí que no lloraras y quiero que llores, si es pena lo que sientes y si es dolor… también un poco, pero necesito, mi amor, que hoy seas valiente y que seas, como fuiste siempre a la vez, un poco loco.