
Mi amiga Ana no tiene un ‘televisor inteligente’ —o a saber, puede que la del televisor no inteligente sea yo—, así que, como aquella Galia ocupada por los romanos en la que una aldea poblada por mi amiga se resiste todavía a las suscripciones a HBO, cuando quedamos, además de arreglar el mundo entre vinos, asumo la tarea de ponerla al día de todo lo que acontece, capítulo a capítulo en And […]