La de los polvos pendientes
Pues imaginaos cuando alguien me dice: «He leído lo de tus polvos pendientes, ¡qué ‘jartá’ de reír!» (De reír a mi costa, quieren decir). O, casi peor: «¿Eres tú? ¿Pilar? -con emoción sincera, lo juro, no van de broma- ¡La de los polvos pendientes!»