Cuba me persigue.
Anoche quedé en un lugar que no conocía: Warehouse, y a pesar de las dimensiones y de que me dijeron que estaba todo completamente reservado, el camarero que me atendió fue amable en extremo. «Eres cubano» le dije enseguida (porque viajando desarrollas el oído a las lenguas vernáculas que pudieran parecer «el español»). Asintió mientras me servía un vino y mi cabeza pensante me transportó a Berlín. Por trabajo fui en marzo 3, 4 años seguidos. Rápidamente me hice con un bar maravilloso atendido por un cubano aún más maravilloso y su tía donde los cócteles y, sobre todo, la atención, eran un vicio. De modo que, cada año, no importa con quién estuviera, volvía esperando que no me recordaran. Pero no, aquel hombrecito amable de sonrisa generosa, antes incluso de salir de la barra a abrazarme o gritar a su tía que asomara la cabeza para ver quién había vuelto desde tierras españolas ya me estaba recitando a los gritos, un poema de José Martí:
Pilar corre a su mamá: «¡Mamá, yo voy a ser buena,
Déjame ir sola a la arena.
Allá, tú me ves, allá!»
«¡Esta niña caprichosa!
No hay tarde que no me enojes.
Anda, pero no te mojes
Los zapaticos de rosa.»
Me recibía con el poema de «la niña Pilar» y yo, ahora, en Warehouse en Madrid, con este otro camarero cubano, me sentí mala persona por no recordar sus nombres…
Así que esto os iba a escribir: ¡Que Cuba me persigue! Qué justo ahora que, hablando con un viejo amigo cubano que me pedía que publicara imágenes de Cuba, que cuente algunas de mis historias de Cuba (escapé corriendo como una posesa de un violador, me detuvo la policía, me sacaron dos muelas a falta de recursos para saber qué me dolía y a falta de anestesia…) me atiende un acento cubano en un local nuevo y, os quería decir que «muy cuqui» y aunque es una expresión que utilizo a menudo y que rápidamente deduzco que viene de «cuco», la busco en el diccionario y ¿sabéis qué? Que es originalmente un adjetivo coloquial de Cuba ¡De Cuba! Lo dicho: Cuba me persigue o quizá soy yo quien la persigue a ella con los zapaticos de rosa en la mano…