Estaba a punto de cumplirse un año del terrible atentado de las torres gemelas y yo estaba en Nueva York, por trabajo. Visitaba 2 editoriales y de allí me iba a reunir con otra en Miami.
El país y sobre todo, la ciudad, eran un hervidero de sentimientos ¡de tantas cosas…! De patriotismos y de miedos. Una de las editoriales estaba en Manhattan y ahí, mi amigo Jesús (a quien le ocupaba el apartamento) no puso problemas, pero ¡ay, la del Bronx! Trataba en vano de advertirme de mil peligros intentando convencerme de que no fuera sola.
Por supuesto, lo hice y después quedamos para dar un paseo por Central Park.
Él continuaba regañándome cuando yo, a lo lejos, señalé que algo estaba sucediendo en un lago. «¿Qué será?» Pregunté y él, aún a la defensiva por todos los peligros que mi curiosidad española entraña contestó: «Vámonos».
Le dije que parecía un rodaje: había cámaras, coches de policía, y fui de cabeza.
Al llegar vi un hombre en la orilla lanzando lo que parecía una enorme bola del mundo realizada con una bolsa y, a su alrededor, patrullas, equipos de prensa y mucha, mucha gente mirando. Pregunté a unos y a otros qué era todo aquello y ninguno me supo contestar. Les respondí exclamando: «¿Y de verdad nadie le ha preguntado?»
Y antes de que Jesús y la mismísima policía me detuviera me acerqué a aquel tipo solitario de la orilla.
Tenía ese aspecto de los locos y ¡ay! Por la pinta, le hablé directamente en español…
Le pregunté que estaba haciendo y ajeno a todo, en su propio mundo, contestó: «¿Pues no ves? Metiendo una bola en el agua…».
Le respondí: «¿No los ves? Te tienen miedo. Te van a detener», pero ya solo se encogía de hombros una y otra vez.
En aquel momento, el foco de atención ya no era el pirado, sino yo, y me rodeó la policía, y las cámaras de televisión como diciendo: «¡Cuidado! ¡Es una de ellos! Hablan el mismo idioma.»
Y le dije a Jesús antes de que reaccionaran: «Vámonos», pero los cámaras japoneses que me perseguían me parecieron TAN ATRACTIVOS, que le dije: «espera un momento». Les hice esta foto y escapé.