«Entre unos y otros se intercambian información sobre el padre de aquel o la madre propia que pasó por el hospital y se curó o por desgracia no pudo superarlo; pero parece que nadie se atreve a decir «yo di positivo en el Covid-19», como si el virus fuera la lepra de los tiempos de Jesucristo. Así que yo voy a confesar mi pecado: he dado positivo». Así lo narraba en primera persona la escritora y periodista Marta Robles en un artículo en La Gaceta de Salamanca el pasado 31 de marzo.
Hablo con ella desde la distancia del teléfono y me cuenta que también su marido pasó por la enfermedad; que afortunadamente a ambos les afectó de una manera leve y que, aunque han pasado ya el período de cuarentena, mantienen cierta distancia de seguridad con sus hijos, con los que comparten confinamiento en su casa en Madrid.
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