Me he preguntado (pero sólo por un momento), al sentarme sola en una mesa en un restaurante en la Ciudad del Amor, rodeada de tantas mesas con parejas repartidas con un él mirando como una ella se refleja en sus ojos, qué sería de mí si me diera miedo salir sola. Si me diera miedo, ¡o vergüenza! Ir a un restaurante, pedir una mesa, o incluso vino para una persona. ¿Una? Sí, una ¿Solo una? A ver, déjeme contar… sí solo una. Me imaginaba siendo tímida y decantándome por un take away, o un fast food, o cualquier sucedáneo de restaurante en cualquiera de sus tristes modalidades. Debe ser entonces cuando ha llegado mi plato y han sido precisamente los mejillones, las almejas y los calamares en deliciosa salsa de tomate al parmesano. los que me han devuelto a la realidad y he sonreído mientras me precipitaba en la tarea de enrollar espaguetis con sumo placer. Y es que, ¡estaba tan cansada…! Que bien podría haberme ido directamente a dormir al hotel, ¡pero no quiero perderme nada! No quiero desaprovechar ni un momento y eso incluye, aunque esté más muerta que viva, escribiros estas líneas… Cero grados en París, la Ciudad del Amor y qué preciosa es la puñetera, pero… entre nosotros, yo… prefiero Madrid; Paris, Je t’aime, mais pas plus que Madrid.
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Acerca de Pilar Ruiz Costa
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