
Hay días en que amaneces con sensación a resaca. No tiene nada que ver con el alcohol ni con la marejada. Es el mundo que se mueve por dentro y necesitas parar, parar, parar. Resaca de letras y de proyectos, porque en mi caso al menos, las resacas van ligadas al éxito y se acompañan frecuentemente de una ligera afonía (suerte del árbol de té que siempre viaja conmigo) y con dolor […]