
Tengo en casa una vieja mesa de madera de pino. No es antigua, ojalá, sino simplemente vieja y bastante maltratada. La compré en Ikea cuando compré por primera vez el piso (porque lo compré dos veces) y el único baremo que seguí por aquel entonces fue: es la más barata. Porque pensaba, ya veis, que estaría de paso y después, con los años me han sobrado los motivos para jubilarla. Sucede […]