el silencio


tejas con muchas historias que contar
No es de extrañar que el silencio nos asuste, que haya quien enciende la televisión nada más llegar a casa; la radio en el otro extremo (solo por si acaso). Quien pone a cargar el móvil, enciende el microondas y ya entonces se mete en la ducha y después llama a cualquiera para no estar falto de un plan para la noche. Hay quien se empareja y creedme; incluso se casa porque confunden esa compañía, ese terror absoluto al silencio con algún sentimiento quizá cercano a la afinidad o al afecto. Hay quien ni siquiera lo sabe porque para ello habría sido necesario estar un tiempo a solas con la insatisfacción y con el silencio y huyen de esa posibilidad y si ese ruido se rompe, saltan de relación en relación; de ruido en ruido.
Nos han educado a temer al silencio. Nosotros mismos nos metemos cada vez más y más en el ruido de cacharros: gente, cosas, teléfono, televisión, prensa, internet o incluso un libro… información, información. Con ese ruido; ese «estado socialmente aceptado” tenemos el pretexto para estar ocupados con toda esa información llegando de fuera sin permitirnos el tiempo verdadero a asimilarla y sopesarla con la información que nos brota de dentro. 
Pero el silencio nos asusta. Lo tenemos asociado al castigo, a la falta de argumentos; esas armas con las que defendernos de una posible agresión. Luego está el peor miedo de todos: el silencio implica estar solo. Es tan complicado estar de verdad callado y a solas con uno mismo… 
En música, sin embargo, el silencio tiene la misma importancia que se da a las notas; de hecho, todas las notas se acompañan de su propio silencio y el silencio en sí, se convierte en una pausa necesaria para crear expectación al comienzo de un concierto, para permitirte estar preparado; para abrirte sin expectativas a lo que va a sonar. Después están los silencios que te permiten que se graben en tu memoria los sonidos ya escuchados… para que la música perdure en ti incluso después de haber callado y puedas llevarla contigo. 
Estar en silencio no significa en absoluto estar a solas (aunque es tan sano hacerlo de tanto en tanto); los silencios en compañía pueden decir en realidad más que cualquier palabra. Es la otra concepción del silencio: el de la tregua para escuchar nuestro propio cuerpo, el de la confianza (en los otros y en ti), el de la reflexión y el de la paz. Ahí el silencio se vuelve un oasis que nos regenera. 
Si se os pregunta: «¿Qué es el silencio?» Responded: «La primera piedra del templo de la filosofía»
Pitágoras 
Silencio: abstención de hablar, ausencia de ruido. También falta u omisión de algo por escrito 
Ruido: sonido inarticulado, litigio, pleito, alboroto o discordia. Apariencia grande en las cosas que no tienen importancia. También interferencia que afecta a los procesos de comunicación. 
Pausa: breve interrupción de un movimiento, proceso o acción. Descanso para luego retomar la actividad. 
Paz: situación y relación mutua de quienes no están en guerra, enfrentados ni tienen ningún conflicto. Serenidad, quietud, calma y sosiego del espíritu. 
Si se callase el ruido
oirías la lluvia caer
limpiando la ciudad de espectros,
te oiría hablar en sueños
y abriría las ventanas.
Si se callase el ruido
quizá podríamos hablar
y soplar sobre las heridas,
quizás entenderías
que nos queda la esperanza. 
Ismael Serrano
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Acerca de Pilar Ruiz Costa

Me dedico a la Comunicación y a los eventos desde hace muchos, muchos años. Contadora de historias con todas las herramientas que la tecnología pone a mi alcance.

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