Uno de mis primeros cuentos hablaba de colores, pero de piel. De que intentan engañarnos. De que nos dicen: «blanco», «negro», «amarillo…» Hasta «piel roja» y yo, será que no soy del «blanco o negro sino toca la escala de grises», pero siempre he visto mil matices. Es más. Los matices nada tienen que ver al sol, o a la sombra, o con la ínfima luz de la luna que se cuela por la ventana a las dos de la mañana.
Y puestos a elegir, siempre me ha encantado pintar «negros» porque no lo son el absoluto. Porque disfruto con los tonos chocolate, caramelo y hasta vainilla. Porque en cada una de esas pieles, a nada que os fijéis, descubriréis TODOS LOS COLORES.
Que nos dicen blanco y negro y que no, que no es verdad.
«No es verdad que el horizonte
sea una línea en un trozo de papel.
Es un momento robado.
No es verdad que yo te quiera
por lo mucho que te sé,
te quiero por otros lados.
Eres todo lo que quiero para mi,
aunque casi no hay cerebro
que se olvide del asunto de vivir.»
Carlos Chaouen, «Desatado».
P.D. Si te has quedado con ganas de ver más cuadros, de todos los colores, aquí tienes algunos.
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