Yo ya había estado en Nueva York, ya sabéis ¡el lote completo! Manhattan, Brooklyn, los clubes de jazz, el Soho… Incluso el Bronx muy a pesar de todo lo que mi gran amigo Jesús trató de intimidarme.
También he conocido el Miami de los beach clubs abiertos a cualquier hora, de las limusinas y los excesos, pero… quería conocer toda esta otra cara; la del desierto, los bosques inacabables, los moteles de carretera (donde seguro SEGURO se ha cometido algún crimen) y los americanos alimentados a base de hamburguesas que sangran tanto que casi casi caminan. La USA de los viajeros de carretera; con camiones horteras, Monster trucks imposibles, Hummers y Harleys.
Y bueno, en esas andamos. Conectándome muy poco, LO ADVIERTO, pero sintiéndome increíblemente dentro de esta «película americana» que, os lo juro; no sé cómo, dónde ni cuándo acabará, pero sí sé seguro que tendrá final feliz.
Hola Pilar, bienvenida al “mundo real”. Cierto, te echábamos de menos, ahora… a disfrutar de tus historias.
🙂 Y como siempre, ¡GRACIAS!