Barrio musulmán de Varanasi, ahora en el mercado de carne, es decir: sus carnicerías. Una plaza central rodeada de otros muchos puestos, todos de piedra, de los que transcurren ríos de sangre fresca que van formando charcos en el suelo. Allí flotan los pocos despieces que no se aprovechan y que has de ir con cuidado de no pisar: algún ojo, alguna pezuña… Que otras criaturas golosas olisquean sin sospechar que serán las próximas en caer.
Entradas relacionadas: