Aunque las conocemos como «banderas de oración», su nombre en tibetano es «Lung Ta»; caballo de viento que es la figura central de cada una de estas banderas.
Y es que el viento y el caballo simbolizan el poder de la fuerza y el movimiento. El caballo se utiliza para transportar lo material y el viento, lo etéreo.
El caballo porta 3 joyas que simbolizan a Buda, el Dharma y el Sangha.
En casa esquina de alojan los 4 animales de poder o 4 deidades: la garuda que es un ave que come serpientes y espanta el mal, el dragón que aleja las amenazas del cielo, el tigre que aparta los obstáculos en el camino del éxito y el león blanco que simboliza el valor en cada paso de la vida.
Estos animales sumados nos traen, de nuevo, el número 5. Las banderas se dividen en 5 colores que representan los 5 elementos: Azul; cielo y espacio, verde; aire y viento, rojo; fuego, blanco; agua y amarillo; tierra.
Las distintas combinaciones determinan la vida de una persona: la longevidad, el mérito acumulado, el poder y la suerte.
Y así, las oraciones impresas (mantras) se ofrecen al viento. Esta es la manera de la que se sirve el Lung Ta, el caballo de viento, para llevar bendiciones, armonía, felicidad y buena fortuna a quien los necesita.
Y yo, donde quiera que vaya, siempre doy las gracias y os envío mis deseos de que os rodeéis de todo el amor del mundo.
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