Hay dos versiones de la historia:
Hay quien cuenta que el hijastro de la diosa Karni Mata, cayó a un pozo y murió ahogado, pero, ante las suplicas de Karni Mata, Yama, el dios de la muerte, aceptó que volviera reencarnado.
Sin embargo, el precio a pagar sería que todos los vástagos varones, a partir de entonces, serían reencarnados como ratas.
También hay quien dice que hace muchos, muchos años, un ejército de 20.000 personas desertó de una batalla y huyó hasta el norte de Rajasthan. Pero la deserción se pagaba con la muerte… Sin embargo, la bondadosa diosa Karni Mata, se apiadó y les permitió vivir, eso sí, convertidos en ratas por toda la eternidad.
Sea como sea, la cuestión que en Deshnoke, Rajasthan, hay un curioso templo no apto para aprensivos. Es el Templo de las Ratas donde veneran y miman a miles de ratas.
Se estima que no menos de 20.000 roedores son dueños absolutos del lugar y tratados con sumo mimo por devotos y visitantes, que les traen leche y dulces, mientras pasean descalzos sintiendo el crujido constante de la infinita alfombra de heces. ¡Cuidado, eso sí, de no pisar una rata! porque es considerado mal augurio, mala suerte… pecado.
En cambio, estate atento, porque quizá, con suerte, entre todas ellas descubras una rata blanca, que es la reencarnación de la propia diosa Karni Mata y eso es considerado como señal inequívoca de bendición.